Navegando con una Tortuga
Dicen que cuando el señor Raúl Cousier tuvo el barco que le construyó Marcos Rudi en nuestra ciudad, quedó tan encantado con él que dijo que lo iba a vender solo cuando se estuviese por morir.
Cuentan los hermanos Fracchia que cuando les vendió el barco a ellos, Cousier ya tenía media hecha la venta en Buenos Aires, pero la deshizo porque dimensionó otra arista de la operación que comprendía, también, el valor de lo que iba a estar a bordo del Ñandeyara.
El caso es que para Semana Santa, como todos los años y como en todas las regatas crucero que se corren en la zona de Rosario, el Ñandeyara arribó a Santa Fe para intervenir en una nueva Santa Fe-Rosario que pasará a engrosar las más de 500 regatas que contabilizan Armando y Ricardo Fracchia en su bellísima nave.
Y en Santa Fe, una llamada telefónica, alegría y raviolada a bordo junto a don Marcos Rudi y a la tripulación del Ñandeyara, integrada por el Dr.en medicina y navegación Pelusa Lavarello, Florencia Farina y los infaltables sobrinos de todo barco cálido; Luciana y Ciro Fracchia.
Los hermanos Fracchia son mellizos, médicos cirujanos, legistas, de trabajo y deportólogos y, en la actualidad son profesores de la cátedra de medicina legal y dictan cursos de posgrado a médicos legistas (este año hay 60 inscriptos, cifra record), además tienen, juntos una clínica en Rosario para enfermedades vasculares (porque tambien son angiólogos), una casa de fin de semana, son capitanes del Ñandeyara y corren todas las regatas que se presentan.
Y todo, juntos.
En perfecta armonía; a la hora de la comida uno de ellos cocinó. Luego de comer, su hermano lavaba platos y ollas disfrutando su faena mientras compartía la charla de cabina.
Hace 47 años Marcos Rudi hizo el Ñandeyara –todo, desde la carroza al quillote- y en 1964 pasó a manos de los hermanos Fracchia. Antes de ellos no lo sabemos, pero en los 35 años que el barco está en sus manos no dejó de participar en ninguna regata crucero que se haya presentado; no importando quien la organice porque sus espíritus son esencialmente deportivos.
Será porque se hizo en Santa Fe el barco más emblemático de nuestro río, será porque lo construyó nuestro amigo y querido Marcos Rudi o, tal vez, por que nos sentimos atraídos por las cosas bellas; el caso es que tenemos un afecto especial por el Ñandeyara, pero lo veíamos siempre como una existencia lejana que refrescábamos en cada visita a la caleta del Yacht Club Rosario.
Hace dos años que Armando y Ricardo Fracchia nos acercaron su barco y juntaron obra y creador, cuando invitaron a don Marcos Rudi a embarcarse, nuevamente, en su Ñandeyara.
Es lindo y nos gusta ver buenos barcos. Nos gustan los buenos barcos casi tanto como la buena gente, y este encuentro de cada año nos permite el disfrute de las dos cosas juntas.