Polución
Polución viene de “poluto”: sucio, inmundo, y, en estos días, se usa frecuentemente para designar a toda la basura o elemento indeseable que colabora con la contaminación ambiental o del medio, en general, y que tiene relación directa con el equilibrio ecológico, es decir de los seres vivientes, entre los que, mal que nos pese, estamos nosotros. El que mostramos es un paisaje integrado a la visión cotidiana de los que navegan por los ríos de nuestro país, en zonas donde hay asentamientos poblacionales ribereños.
Nuestros ríos, fundamentalmente el Paraná, están sujetos a regímenes de variaciones en su nivel, es decir crecientes y bajantes, estacionales que hacen que las aguas que, en el momento de realizar la fotografía, corren por debajo de la basura, luego aumenten su caudal y su altura, cubriendo totalmente esta desagradable visión. “Lo esencial es invisible a los ojos”, decía el principito de Saint Exupery, y, como todas las citas sabias y simples, su espíritu es universal y contempla un innumerable espectro de situaciones que hacen a la grandeza del alma, al poner énfasis en los valores imposibles de detectar corporalmente.
Aquí también lo esencial, a pesar de que no tiene nada que ver con el espíritu y otros valores imprescindibles, es invisible a los ojos, porque, a medida que la basura va desapareciendo, es arrastrada por las aguas, distribuyendo su acción contaminante a superficies inacabables que exceden el territorio de nuestro país. Queremos compartir con ustedes una pequeña noticia que, hace muchos años, nos hizo comprender la consecuencia de algunos actos que creemos nimios, porque nuestra ignorancia no nos deja dimensionarlos. Leímos que, en un pueblito de Francia, que vivía del producto de las ganancias que le dejaba el turismo generado por sus hermosas playas sobre el mar; empezó a tener problemas con la invasión de aguas vivas que ahuyentaron a los bañistas/turistas, hasta crear una situación económica realmente preocupante para todos sus habitantes. El grave problema social motivó investigaciones de distintos entes, con el fin de determinar que producía la proliferación de aguas vivas, y se determinó que la causa era la desaparición de tortugas que se alimentaban de ellas. Al abocarse al estudio de la nueva problemática presentada, se descubrió que las tortugas morían al comerse las bolsas de polietileno, que arrojaba la gente al agua, y que, éstas, confundían con aguas vivas. De aquí, desde este recuerdo que no desencadenó desastres pero que sirvió para elaborar hipótesis posibles, a la comprensión absoluta de lo que significa equilibrio ecológico y de las consecuencias que puede acarrear, en todos los órdenes, para los seres vivientes, hay solamente un poquito de inteligencia, sensibilidad, sentido común, amor al prójimo y conducta humana/humanitaria.