Progr. 22-XI-20

Progr.22-XI-20 Audio completo en

https://go.ivoox.com/rf/60769953

Lo escrito, en:

www.arribando.com.ar

Documental “Sobre el agua”, en:

https://youtu.be/vy_phBhnza0

20-XI-20 Batalla Vuelta de Obligado – Hidrovía: opiniones de un gremialista  -Contaminacíon de ríos: Cianobacterias: Dra. Melina Devercelli – Bajante de cursos de agua: Dra. Rosana Hammerly – Humor náutico

Empezamos con un pequeño aporte, para valorar la historia patria.

El viernes, fue el día de la Soberanía Nacional, pero el feriado es mañana, y, aunque nadie se acuerde, el 20 de noviembre de 1845, se libró la Batalla de la vuelta de Obligado; imposible olvidar para los amantes de la patria y del agua. Fue durante el gobierno de Rosas, cuando una flota inglesa y francesa, remontaban el Paraná, con intenciones de avasallar la economía Argentina.

Les cuento: Cuando uno viene navegando, desde Buenos Aires, cerca de San Pedro, el río hace una curva pronunciada y se enangosta. Allí, se concretó la batalla de la Vuelta de Obligado.

La estrategia más importante fue atravesar el río con tres cadenas, montadas sobre 24 lanchones, y amarradas en cada orilla, para esperar al enemigo. Cabe aclarar que las cadenas de esa época eran de gran tamaño, y se construían a mano, eslabón por eslabón, con un contrete (travesaño) en cada uno de ellos, La orilla de Buenos Aires, tiene barranca, en la de enfrente están las islas de Entre Rios. En lo alto de la barranca se armó un frente de ataque, medio de utilería, para atraer el fuego de los extranjeros, mientras, en la parte baja, se concentraban los cañones que, al llegar las 22 naves de guerra y 92 mercantes extranjeras, encontrando obstruido el paso, comenzó la batalla, que costó la vida de 250 argentinos, consolidó la soberanía nacional y debe ocupar un lugar para el permanente recuerdo, valoración, resguardo y defensa de la libertad que vivimos cada día de nuestras vidas.

 

 

 

– – – – Hasta lograrlo, es necesario repetir, una vez más, el tema del transporte fluvial. La semana Comex; en donde se impuso, a nivel nacional, la conveniencia de utilizar la hidrovía. Hacer público que el transporte en camión, cuesta 30 veces más que en barcazas, y la implantación de construir camiones fluviales, auto descargables, para operar en todos los pueblos de las riberas. Parecería que no hay contras para concretarlo. Pero, aunque no lo hice público, me dio un poco de miedo la denominación de camiones fluviales; les cuento porqué. En los momentos actuales, me hizo ruido una foto, del máximo nivel, que tuvo mucha repercusión y, repasando la historia, un acontecimiento que voy a recordar, para que usted pueda responderse esta trillada pregunta. ¿Por qué no se ha hecho algo que beneficia a todos los argentinos? Les cuento, una vez más, un hecho que, tal vez, se lo aclare.

En la zona de Paraná, en el riacho La Juanita, a unos 25 km de aquí, había un embarcadero. Desde allí, zarpaban las únicas barcazas argentinas que navegaban la hidrovía, transportando arena especial, de un yacimiento de la zona hasta Buenos Aires, para la fabricación de una vajilla especial, a un costo 30 veces menor al transporte terrestre.
Dicen que hace unos años fue un poderoso sindicalista y les dijo que la arena tenía que transportarse en camiones, porque si no lo hacían, había posibilidades de que las barcazas se hundan en medio del Paraná. A partir de allí, el único pequeño puerto y las únicas barcazas argentinas, desaparecieron, así como la fabricación de los productos, y los operarios que los hacían ¿Entendió? Eso es lo que hay ¿Y comprende algo mi miedo de que no se priorice el bien común?

Comenzamos, y se va a repetir en este programa, citando ecos nacionales que hemos leído, y, aunque totalmente distintos, nos interesan porque tienen relación con nuestros problemas provincianos que repetimos incansablemente. Por eso, vamos a leer, y compartir, noticias generadas en la capital del país. En este primer tema, vamos a extractar algunos párrafos de declaraciones del secretario general del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo, capitán Julio González Insfrán, totalmente opuestas a las de otros sindicalistas.

Sigue; lo que dijo el gremialista “Hay una visión equivocada del sistema de transporte”

El país pierde 3.400 millones de u$s anuales por no explotar a fondo la hidrovía Paraná-Paraguay, una «gran autopista de agua».

“Como obra de infraestructura es la más importante en Latinoamérica, después del canal de Panamá, por la inversión y el desarrollo que significa para las economías regionales”,

“La Argentina no mueve sus cargas por barcos. Fíjate que en el puerto de Rosario los únicos barcos que entran y salen son extranjeros. No hay barcos de ultramar argentinos sacando carga en la zona”,

“No hay sindicalismo o empresariado de buena voluntad que pueda cambiar esta situación. Si no hay dirigentes políticos que pongan en marcha sistemas y beneficien al trabajo argentino, es muy difícil todo”.

Consideró que mover el 85% de la producción por camión en un país como el nuestro es “una contradicción muy grande ya que el transporte fluvial es el más barato del mundo”.

Un camión es efectivo para 200 o 300 kilómetros a la redonda. Después ya viene el tren, que también hemos desmantelado. Y después vienen los barcos que son los más eficientes”.

Además de la facturación directa del transporte de carga, una marina mercante nacional reactivaría otras ramas brindando trabajo indirecto.

“Construir un remolcador sale 84 mil horas hombres de trabajo, en un astillero. Un equipo completo, es decir un remolcador con 25 barcazas, lleva 175 mil horas hombre de trabajo; mirá si podemos generar empleo. Podemos generar millones de puestos de trabajo en los astilleros si tratamos de captar con bandera argentina el 30% de la carga de la hidrovía. Necesitamos políticas de Estado”, expresó. Pero además, esa producción arrastraría fuentes de trabajos en puertos, en fábricas que proveen insumos para su construcción como chapas y motores, en transporte, en diversos sectores.

Nos da una cierta esperanza, leer intenciones que comparten buenos rumbos, y puertos, en pro de los intereses de la democracia y para beneficiar al bien común.

Deseamos con ansias que los pensamientos de Serrat, no se concreten

 

 

– – – – – Llegando al final de un nuevo año, hoy parece ser un día en que todos los problemas, que venimos planteando, y repitiendo, desde hace mucho tiempo, se ven reflejados en noticias nacionales que, lamentablemente, y afortunadamente, ratifican todos nuestros planteos, posiciones y, en este caso; preocupaciones.

Uno de los continuos llamamientos, y acciones, que hemos desplegado para tratar de concientizar a la mayor cantidad de ciudadanos, y lograr acciones, por parte de las

autoridades, ya que muchas leyes, y la misma Constitución Nacional establece en su

artìculo 124, referido al dominio de los recursos naturales: “corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio” y la ley provincial 11717 dispone la protección de los humedales y del medio ambiente.

Y una de nuestras mayores preocupaciones son nuestros humedales, que ocupan la mayor superficie de nuestra zona, y los cierres de cursos de agua, por la acción del hombre, que afectan, fundamentalmente, nuestro ambiente, calidad de vida y el futuro de nuestro planeta; principios fundamentales, que son ratificados por  Bradley Cardinale profesor en la Universidad de Michigan (EEUU), que afirma: “La diversidad de un hábitat natural permite limpiar los contaminantes que se liberan en el medioambiente, por lo que la pérdida de la biodiversidad, causada por la extinción de especies, podría poner en peligro la capacidad del planeta para limpiar lo que el ser humano ensucia”. Y tan es así, que, en los últimos años, el uso de plantas acuáticas en el tratamiento de aguas residuales se ha convertido en un enfoque particular. Las plantas acuáticas como la lechuga de agua, el jacinto de agua, los camalotes y los juncos han sido utilizadas para la eliminación de un amplio rango de contaminantes de las aguas residuales.

Y, en algún programa de años atrás, que estamos compartiendo con ustedes, decíamos: La cuenca del Reconquista, Matanza y Riachuelo, son hoy los principales aportantes de contaminantes a las aguas del Río de la Plata. Esto produce no solo una enorme mortandad de peces sino también el riesgo permanente de que sus poblaciones aledañas sean víctimas de enfermedades contagiosas como hepatitis, problemas gastrointestinales o infecciones oculares.

Y hemos querido compartir, y actualizar, algunos conceptos repetidos, como una introducción a la lectura de algunos tramos, que vamos a compartir, de las manifestaciones publicadas, en El ciudadano, de la Dra. Inés O`Farrel, investigadora del CONICET y de Ciencias Exactas de la UBA,

Resaltamos algunos párrafos de su exposición y, luego, vamos a comunicarnos con la investigadora Melina Devercelli, Dra. en Ciencias Biólógicas del Conicet, para que ella nos ayude a entender la parte científica y nos haga comprender la verdadera dimensión, de lo que significa agredir la naturaleza.

Por otra parte, no crean que a nosotros no nos toca. Hay informes, de algunas zonas, de nuestra región, en donde se han detectado algunos manchones verdes. Presten atención para que luego, puedan comprenderlo. El artículo se titula: Río Verde por cianobacterias, y compartimos algunos párrafos.

En estos días, las costas de Puerto Madero, San Isidro, San Fernando y Tigre muestran aguas de un color verde intenso a raíz de la multiplicación de un tipo de bacterias.

De pronto, las típicas aguas marrones del Delta y del Río de la Plata se tornaron verdes, casi fluorescentes, y con tonos azulados. Más allá del efecto colorido, el fenómeno da cuenta de una invasión de un tipo particular de bacterias. «Son cianobacterias”.

El gran problema de estos cúmulos de cianobacterias es que producen unas toxinas, altamente dañinas. Por eso hay que tomar medidas para proteger a la población.

No se trata de una cuestión local de Buenos Aires, sino que afecta a la cuenca del río Paraná a raíz de la combinación de una serie de factores.

«El río Paraná está en uno de sus niveles mínimos, muy pero muy bajo desde hace muchos meses. Esta escasez de caudal ocasiona que precipiten los sólidos que dan el típico color marrón. Al hacerlo, la columna de agua tiene mucha más luz, y favorece a estas bacterias que, al igual que las plantas, fotosintetizan». Y esto no es todo, además, vuelcos de efluentes cloacales o ingresos de fertilizantes, pesticidas, etcétera, aportan fósforo y nitrógeno.

Como una mancha venenosa se expande y, a quienes toca, les puede provocar alteraciones hepáticas, gastrointestinales, reacciones alérgicas, irritación, entre otros trastornos, porque contiene una toxina, llamada microcistina, que «afecta más a los organismos de bajo peso corporal”.

Y aclara: «No usar lavandina para potabilizar el agua porque no sirve.

El cloro potencia esto y genera un componente secundario, que a veces es más tóxico todavía que la microcistina».

Y, ahora, nuestra Dra. Melina Devercelli, Dra. en Ciencias Biólógicas del Conicet, que se desempeña en el INALI, y es colega de la Dra. O Farrel, con quien comparte investigaciones, nos va a ayudar a entender, tomar conciencia y demostrar, con acciones, que nos importa el bien común. La pausa y estamos con ella.

 

 

– – – – -Ahora, les presentamos a Rosana Hammerly: Magister en ingeniería de los recursos hídricos, doctor internacional por la Universidad de La Coruña en el programa de ciencia y tecnología ambiental, y profe de la UNL., con  su espacio, llamado: Rosana y el agua. Hoy: Bajante del nivel de lo cursos de agua.

Y, DESPUÉS DE CADA SINGLADURA; EL CAPITÁN INTENTA UNA SONRISA PARA ALIVIANAR LAS NAVES DE TODOS.

 

El maestro pregunta a sus alumnos

– ¿Cómo sería para ustedes una muerte bella?
A lo que una pequeña en el fondo de la clase responde:
– Sería morir como mi abuelo Mario, el navegante.
– Oh que bien! replica el maestro. ¿Y cómo murió tu abuelo?
– Durmiendo
Entonces el maestro les pregunta, a todos:
– ¿Y cómo sería entonces para ustedes una muerte atroz?
Y la misma pequeña responde:
– Sería morir como los amigos de mi abuelo.
El maestro intrigado le pregunta

– ¿Y cómo murieron?
– Ellos iban en el barco de mi abuelo, cuando se fue a pique.*