Progr. 22-XII-19
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Lo escrito, en:
Documental “Sobre el agua”, en:
Cambios navideños – Natación de aguas abiertas sin contaminación – Cambio climático: Diálogo con Antonio Elio Brailovsky
Hoy seguiremos profundizando el tema del cambio climático, y cuando hablamos de todo lo negativo de él, no podemos dejar de mencionar la contaminación que, se entiende, es nociva para el ser humano. Y, salvando las distancias, no podemos, en esta fecha, dejar de recordar un hecho que tiene que ver con otro tipo de valores; La contaminación de nuestra cultura, y el futuro. En el siglo pasado, la llegada de la Navidad era muy esperada por los niños, porque venía el Niño Dios y les traía regalos. También era habitual que, días antes, se escribieran cartas relatando buenas acciones, o prometiéndolas, para merecer ser recompensados. Luego venían los Reyes Magos, que fueron los primeros en llegar al pesebre para conocer al niño Jesús. Allí aparecían los zapatos, el agua, el pastito, y hasta había Reyes Magos que partían desde las parroquias a llevar los regalos. Paralelamente, los niños consolidaban una visión mística, a partir de los pesebres que habían visto, el nacimiento de una vida humilde en un lecho de paja, y con el amor de los animales. Yo soy apenas cristiano, pero la historia que imaginábamos tenía que ver con la espiritualidad y seres que identificábamos con el amor, la humildad y como valores a seguir.
Hasta que, en 1931, Haddon Sundblom, lejos de aquí, dibujó a Papá Noel, con los colores rojo y blanco, a pedido de una gaseosa perjudicial para la salud, y cambió el rumbo mundial y argentino, `pr supuesto, que privilegia lo extranjero a lo genuino de nuestra idiosincrasia e historia ¿Por qué somos así?
Ahora, si los niños pensaran en el Niño Dios, tendrían que imaginarlo riendo groseramente: ¡Hooo! ¡Hooo! ¡Hooo!, y los Reyes Magos ni figuran en el almanaque. La argentinidad al palo.
Pero los niños no tienen la culpa, y deseamos para ellos, y todos, la mayor alegría y el mejor futuro que, si incluye valores auténticos propios de raíces socio culturales, mucho mejor. Y, de paso, recuerden el amor a la naturaleza, que nos da la vida.
– – – – – Este fin de semana, Santa Fe fué sede del Primer Campeonato Interfederativo de Aguas Abiertas, organizado por la CADDA y fiscalizado por la FeSaNa (Federación Santafesina de Natación).
Los organizadores anunciaron que cuentan con todo el apoyo del gobierno provincial, de la municipalidad, y de la Prefectura para realizar la competencia, que se realizará en las aguas del ex puerto.
A raíz de esta noticia, recordamos que el deporte tiene una capacidad que le falta al ecologismo: es, en sí mismo, un instrumento educativo. Por su parte “El Comité Olímpico Internacional está decidido a hacer del medioambiente la tercera dimensión del Olimpismo con los del deporte y la cultura”
No sabemos si, en esta competencia, los nadadores se alimentan en el agua, pero remarcamos estos conceptos para reforzar nuestra posición, y nuestra lucha, de años, para que, en las maratones acuáticas, se cumpla el objetivo educativo del deporte, y se muestre como los nadadores cuidan el medioambiente, retornando el vaso plástico, luego de alimentarse, a la embarcación que los acompaña.
Según informaciones de Tope Palladini, Comodoro del Club Marinas, y colaborador, a través de la Guardería Puerto Chico, desde donde partieron las competencias. Se fue muy cuidadoso en el cuidado del agua, y todos los deshechos eran depositados en tierra para su eliminación.
Para nosotros ha sido una muy buena noticia, y un ejemplo a seguir, para el día que se realicen las tradicionales maratones acuáticas, porque no tenemos que olvidar que desde que se realizan las competencias de aguas abiertas zonales, se han arrojado al río más de 250.000 vasos plásticos, que contaminarán las aguas durante más de 450 años.
En la Sta. Fe- Coronda, cada nadador se alimenta, y tira al agua un vaso plástico, cada 15
minutos. Todos, al final, más de 700 vasos plásticos.
El maratón de Rosario, se realizó 74 veces, la Santa Fe-Coronda 41 y la Hernandarias-Paraná 19. Entre las tres suman, al día de la fecha, más de 250000 vasos plásticos arrojados al agua, más lo que arrojan las embarcaciones acompañantes.
Estos plásticos están 450 años degradándose y liberando petropolímeros, que pueden producir malformaciones fetales.
El contaminar el agua, tirando cualquier tipo de basura, más aún cuando estamos haciendo uso de ella, es tan incongruente como arrojar la mugre dentro de nuestro dormitorio, y el convenio internacional Marpol, refrendado por la Argentina, y que debe cumplir la PNA, prohíbe arrojar plásticos al agua, ni siquiera en alta mar.
Apoyamos los deportes acuáticos y queremos que la maratón sea la más linda del mundo; imagen imposible mientras siga siendo sucia, pero es fácil cambiarla. Solo hace falta atar una piolita al vaso, para poder retornarlo a la embarcación, una vez que los nadadores se han alimentado.
No podemos entender como, en el siglo XXI, y cuando el cuidado de la naturaleza es una preocupación universal, los responsables de las maratones, y los gobernantes, son indiferentes al medioambiente y a la posibilidad que brinda este deporte; cumplir una función educativa, mostrando, claramente, a los niños, como sus campeones deportivos, también son un ejemplo a la hora de no contaminar, cuidar la naturaleza y pensar en el futuro de sus vidas.
Y esta basura plástica que llevan nuestros ríos, va: como la de todos los ríos, al mar, y, seguramente, es parte de la que el navegante e investigador británico Charles More descubriera, y que ha llamado, el séptimo continente. Es una isla de basura que los expertos calculan en más de 1 millón y medio de kilómetros cuadrados. Aproximadamente 3 a 7 veces la superficie de España, y, en la actualidad se han detectado cinco islas similares. Seguramente, en la isla del Atlántico, están muchos de los vasitos de nuestras maratones. Esperamos que las nuevas autoridades no repitan errores pasados.
– – – – Les cuento; mi intención es tratar que todos entiendan que es, realmente, el cambio climático. Pero, en tren de informarnos e ilustrarnos, hemos comprobado que, según la visión de cada científico, las causas del cambio climático, difieren, a veces notablemente. Por eso, estamos haciendo más de un programa, sobre el tema, difundiendo distintos conceptos, para que, cada uno, conforme su propio pensamiento.
Vamos a compartir diversas informaciones, para escuchar opiniones de distintos científicos y medioambientalistas, y que cada uno pueda elaborar su concepto amplio, fundamentado en opiniones autorizadas.
Y en nuestro afán de lograr información calificada, hoy tenemos el placer de contar con la presencia de Antonio Elio Brailovski; ecologista, autor de varios libros, profesor en universidades de Buenos Aires y América, y reconocido ambientalista, siempre al lado del bien común. Nuestro agradecimiento, porque siempre está dispuesto a colaborar, y, junto a el, vamos a tratar de aprender, y esclarecer, algo, los fenómenos de los que dependen nuestras vidas, y de los cuales debemos tomar conciencia.
Evidentemente, como todos los grandes fenómenos que perturban el clima universal, y preocupan a científicos e investigadores, responden a causas muy disímiles y complejas que, según la orientación, fundamentan los efectos de las causas naturales, o priorizan, sobre todas las cosas; la acción del hombre. Complejo; así que usted no se haga problemas si le resulta complicado
Cambio climático no es lo mismo que calentamiento global, pero hay quienes lo relacionan estrechamente. El calentamiento global es producido por los gases que provocan el efecto invernadero y hacen subir la temperatura.
Pero para que no se traumatice, le cuento algo: la Sigla COP significa conferencia de las partes, y desde hace muchos años se vienen reuniendo para tratar el cambio climático. Dicen que la más fructífera fue la COP 21 que se realizó del 30 de noviembre al 11 de diciembre de 2015, cerca de Paris, en Le Bourget. En esa COP, hubo un total de 45 000 participantes, incluidos el cuerpo diplomático representante de sus delegaciones, observadores, sociedad civil y periodistas, y, dicen, que fue la Conferencia más importante de todas. El cambio climático se ha posicionado en la cima de la agenda internacional y los países, ciudades, el sector privado, la sociedad civil, los líderes religiosos y los ciudadanos están tomando acción. Ante la Conferencia de París, más de 150 países han presentado su plan nacional de acción, cubriendo cerca del 90% de las emisiones mundiales. Este es el reto más complejo a los que el mundo jamás se haya enfrentado.
Había expectativas de que los realizados en la COP 21 de París, se concretaran en la COP 25, realizada entre el 2 y 15 de diciembre de 2019 en la ciudad de Madrid y, aunque la conferencia se extendió dos días más de lo previsto; no hubo determinaciones y, la mayoría de los científicos, la calificaron como un fracaso monumental.
Es decir, que se cumple nuestro axioma: “La palabra sin acción es ficción”, y aunque los participantes tengan las mejores intenciones declamatorias; éstas no se concretan cuando representan una merma en los grandes intereses dinerarios.
Y, antes de seguir, vamos a repetir, una definición de cambio climático:
Según la Convención Marco de las Naciones Unidas, el “cambio climático” es un fenómeno atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial, y que se suma a la variabilidad natural del clima, observada durante períodos de tiempo comparables.
Puede servir comparar tiempos pasados y actuales. Hoy el tiempo es ilógico e impredecible. Los servicios meteorológicos cambian su pronóstico cada dos horas y asimismo no logran la confianza de la gente ¿Toma conciencia de la existencia de un cambio, en el tiempo que vive cotidianamente?
Seguramente, estos días pasados, tuvo una muestra irrebatible de un comportamiento poco habitual en las condiciones climáticas y, es probable que se deba al cambio climático.
Todos debemos tener conciencia del cambio, porque ya ha comenzado, como así también sus consecuencias, las cuales son tomadas con gran indiferencia por parte de la prensa local.
La toma de conciencia involucra un cambio de actitudes y la transformación de valores que pongan el cuidado ambiental en el primer plano, no sólo de la agenda pública, sino del accionar en nuestra vida cotidiana y de cada uno de nosotros.
En general, la ciudadanía no es consciente del problema sólo porque no puede identificar y establecer las relaciones que existen entre su forma de vida y el cambio climático, salvo situaciones fuera de lo común; como la de días pasados.
En la mayoría de los casos, los valores que orientan los comportamientos pro ambientales pueden entrar en contradicción con otros valores socialmente imperantes, como por ejemplo: el disfrute del confort de la vida moderna es más importante que el cuidado del planeta; el hombre tiene el derecho de dominar la naturaleza; el hombre es más importante que el resto de las especies; el hombre está más allá de las leyes de la naturaleza; tenemos el derecho de utilizar todos los recursos naturales que podamos.
Y así podemos secar cursos de agua, contaminar los ríos, quemar la vegetación de las islas, tirar basura alegremente y tantas otras barbaridades a las que nadie pone freno.
No vamos a ocuparnos de las mega industrias que hacen al efecto invernadero y al calentamiento global que suman al cambio climático, ni vamos a apabullarlos con datos científicos, porque cada uno sabe que está haciendo mal cuando quema cubiertas, derrocha agua y energía, produce polución (mugre) y no respeta la naturaleza, pero vamos a darles algunos datos, con respecto al agua, como para que asuma su responsabilidad con el planeta.
Desde 1860 hubo un aumento de entre 0,3 y 0,6 grados centígrados de temperatura. El siglo pasado, entre 0,4 y 0,8 grados. La última década fue la más caliente en los últimos mil años. A medida que la temperatura de las aguas oceánicas aumenta y los mares se hacen menos densos, ellos se expandirán, ocupando una mayor superficie del planeta. Un aumento de la temperatura aceleraría la tasa de aumento del nivel del mar.
Durante los últimos 50 años, el nivel del mar ha subido 1,8 milímetros por año, pero durante los últimos 12 años, la proporción es de 3 milímetros al año. Este aumento del nivel de los mares es consecuencia directa del calentamiento global que funde los casquetes polares.
A lo largo de costas relativamente llanas como las del Atlántico, o en las extensiones de riberas que bordean los deltas de ríos fértiles y altamente poblados, una subida de 1 mm en el nivel del mar causa un retroceso de la costa de 1.5 metros.
Quiere decir que el nivel del mar aumentará lo suficiente como para que gran cantidad de ciudades queden bajo las aguas, sin mencionar los efectos climáticos que sucederán en cada sector del planeta.
Como para que entiendan y tomen dimensión de lo que estamos provocando: La mayoría de los cambios climáticos, muestran una tasa de cambio sin precedentes, aproximadamente 10.000 años de cambio comprimidos en 100 años.
Conclusión, según algunos científicos, un aumento de la temperatura global de tan solo un grado, que ocurrirá en las próximas décadas, llevará a la catástrofe. En nosotros, y en todos los habitantes del planeta, está el evitarlo.
Conclusión; calentamiento global, cambio climático y medioambiente, son tres enunciados que debemos comprender, porque de ellos depende nuestra vida actual y futura, pero, como hemos escuchado; hay versiones de todo tipo sobre sus causas. Lo que no está en duda, son sus consecuencias.
Respetamos, y escuchamos, las opiniones, y los fundamentos, de los distintos investigadores que entrevistamos, y hoy vamos a tener los conceptos de Antonio Elio Brailovsky, que, como habrán escuchado en su presentación, tiene autoridad para esclarecer lo que debería preocuparnos a todos pero, para eso, tenemos que entenderlo, dimensionarlo y tomar conciencia; que es lo que estamos tratando de hacer,desde nuestra visión de ciudadanos comunes preocupados por el bien común. Hoy con el aporte fundamental de un especialista: Antonio Brailovsky., con quien dialogaremos, luego de escuchar: Cambio climático, por Shaka y Dres.