PROFESIONES PROFESADAS
Matías tiene 12 años y su tío lo llevó a dar una vuelta en el barco de un
amigo. En el club náutico había muchas embarcaciones y, en un extremo de la caleta, 5 ó 6 yates de gran porte que llamaron la atención de Matías.
Matías le preguntó a Pedro, otro amigo que también había ido a navegar. ¿De quien son? De abogados y médicos. Le dijo Pedro.
Días más tarde, Matías le dijo a su abuela: Yo quiero estudiar para abogado. ¿Por qué? Le preguntó la abuela. Y Matías la contestó: porque quiero tener un barco.
¿Habrá sido siempre así? Yo recuerdo que mi elección era Ingeniero Mecánico, cosa que no podía concretarse porque se estudiaba fuera de mi provincia y los recursos económicos de mis padres no podían solventarlo. Mi hermano menor estudió química.
No es fácil determinar las razones que movilizan a cada individuo para elegir una profesión. En probable que la elección esté motivada por el acceso al éxito y las posibilidades económicas de cada carrera.
En un país evolucionado y económicamente razonable, se presentan como lógicos los estudios relacionados con la producción industrial y es probable que las elecciones sean elegidas en forma racional y pensante.
Seguramente la elección de los jóvenes, de la mayoría de las carreras, está estimulada por razones emotivas y, generalmente, los padres piensan en los futuros prósperos de sus hijos.
No es raro que haya algún hijo, rara avis, que se sienta seducido por alguna carrera que no aparece como inmediatamente rentable, ni tampoco es raro que sea rápidamente persuadido por sus padres con el único, mayor y más atroz argumento para estos tiempos: te vas a morir de hambre.
Podemos deducir que a la hora de resolver situaciones personales, relacionadas con sus propios intereses, el argentino hace un parate, en su habitual vida emocional, y trata de pensar objetivamente, y ese pensamiento objetivo no escapa, aunque le desagrade muchísimo, de un análisis profundo y descarnado que, en este caso, contempla al prójimo y al futuro de su país; pero siempre en función de un exclusivo e inmediato provecho propio, y de sus hijos, por supuesto. No más allá.
En cuanto a las profesiones, no vamos a decir que tienen espíritu, porque no tienen vida propia, pero si podemos decir que tienen características o funciones que las hacen humanizarse a través de su elección, por parte de las personas, sus protagonismos en la vida y el desarrollo de un pueblo.
No sería cuerdo ponerse a analizar las funciones de las distintas profesiones, porque todas han tenido, en su creación, un fin loable. Hoy tendríamos que analizar cada profesional en su contexto pero, seguramente, cometeríamos injusticias, nos acarrearíamos el odio de muchos y nuestro objetivo es dilucidar la idiosincrasia masiva argentina y su relación con las profesiones.
En el año 2013, hubo mil estudiantes que se recibieron de abogados en el país, paralelamente, en la universidad más importante de la Argentina, lo hicieron 4 ingenieros electricistas y 8 ingenieros navales y, según informaciones publicadas, la relación en el país es de setecientos (700) abogados por cada un (1) ingeniero.
Podemos inferir que en un país con abundancia de ríos y una extensa costa marítima, los ingenieros navales son fundamentales, pero casi todos los ingenieros están asociados a la industria, es decir a la producción, a la elaboración, a la investigación, a transformar materia prima en productos elaborados, generando mano de obra, trabajo, exportación y progreso a un país y a su pueblo, y, a partir de la revolución industrial, podemos decir que a todo el mundo.
El origen etimológico de la palabra, proviene del vocablo latino ingenium, que puede traducirse como producir, lo que evidencia la esencia de la profesión en cuanto a que su trabajo se vuelca en obras para la gente y refleja claramente la importancia de la ingeniería en la evolución de los países adelantados. Pero, resumiendo; es trabajo.
Muy simplemente podemos decir que los ingenieros trabajan para la gente, y los abogados necesitan de la gente. Abogado proviene del latín advocatus, que significa llamado en auxilio. Es decir que cuando una persona está metida en algo, que no es suficientemente claro como para que caiga por su propio peso, recurre a un abogado para que la auxilie y la salve, mediante el pago de los honorarios correspondientes.
Dijimos que todas las profesiones, seguramente, han tenido un origen loable y, en el caso de la abogacía, por lo que leemos, está documentado.
Se dice que en Roma, en los principios de la profesión, los abogados desempeñaron su profesión de la manera más honorífica y mostraron el mayor desinterés, pero cuando sus servicios a la patria dejaron de ser medios para adquirir honores y distinciones, pasaron a ser hombres mercenarios. A partir de allí el tribuno Cincius intentó que retomen sus orígenes. Augusto trató de remediar el cambio imponiendo una pena, que ellos supieron eludir. Claudio sumó prohibiciones, y el emperador Trajano decretó otras prohibiciones para evitar, a quienes tuviesen pleitos, abusos por parte de los abogados.
En Grecia, Sócrates rechazó ser asistido y las leyes determinaban que las partes se defendiesen a si mismas. Lo mismo ocurría en el Areópago, tribunal superior de la antigua Atenas, en donde no se permitía la asistencia de abogados.
Aclaremos que todo esto pertenece a la historia. En cuanto a la realidad actual, cada uno tendrá su propio concepto.
Lo importante es tener claro cual es el papel que desempeña cada profesión, su aporte al progreso y crecimiento de los países y su relación con la idiosincrasia de los pueblos, para generar pensamientos y plantearnos introspecciones.
Según cifras de distintas entidades universales confiables; Rusia, Suecia y Francia cuentan con un promedio de entre 40 y 70 abogados cada 100.000 habitantes. La Argentina tiene más de 300 y está por sobre varios países sudamericanos. Colombia y costa Rica están a la cabeza con casi 400.
Hasta aquí llegamos, pero quede claro que valoramos cada oficio o profesión, y que tanto el cartonero como el físico nuclear, cumplen una función. Solo pretendemos profundizar en sus aportes, el significado de su mayor o menor necesidad y el porqué de su relación en la evolución de los distintos países.
Tarea para el hogar.