FARSA

Hace varios años, Don Olegario González de Cardedal, Sacerdote, Doctor en Teología, Catedrático de la Universidad de Salamanca y Munich, Académico Internacional en varias disciplinas, de visita por la Argentina, y cuando le pidieron un concepto sobre nuestro país, dijo:
“…Que un jugador de futbol sea el nombre máximo de un país como éste, me parece el exponente máximo de la corrupción. De la corrupción -que quede claro- en las valoraciones fundamentales que otorgan dignidad a los hombres. O que haya que tener poder para tener valoración pública. Un gran hombre tiene su dignidad con poder o sin él. Que hombres que han dedicado su vida a la ciencia y a la investigación, o en obras en beneficio del prójimo, no sean noticia ni reciban el reconocimiento que merecen; esas son las corrupciones reales de las cuales luego derivan las otras corrupciones”.
Me pegó fuerte, por la contundencia y la transparencia lúcida de sus conceptos y, a partir de allí, siempre estuve tratando de plasmar un relato que graficara en personas, o hechos simples y cotidianos, ejemplos que humanizaran y avalaran el pensamiento de Don Olegario.
La Real academia española, tan apegada a la modificación del idioma castellano según las regiones en que se hable (hecho que, para mi, atenta contra la universalización del idioma y va segregando a los sudacas, hasta que lleguemos a no podernos entender con referentes de nuestro idioma genuino) define, para varios países latinoamericanos subdesarrollados, a la palabra farándula, como “Mundillo de la vida nocturna formado por figuras de los negocios, el deporte, la política y el espectáculo.” En cuanto a los sinónimos de farándula, más universales, figuran: farsa, circo, engaño, simulación y otros parecidos.
El ejemplo de Don Olegario no es difícil de corporizar, ya que todos sabemos el fenómeno del jugador que marcó una época, y fue reconocido por su habilidad para jugar al fútbol, hecho aceptado universalmente.
A nivel local la concepción es distinta y no respeta los límites de la lógica y el sentido común. A pesar del desastre moral y ético, que siempre ha acompañado a su persona, muchos argentinos han creado una iglesia con su nombre, y con su acción más indigna y reprochable, para la gente amante de la honestidad, han elevado su mano hasta ponerla a la altura del padre del creador de la religión oficial del país. Por supuesto que este sujeto también es parte de la farándula que representa la ilusión de querer ser de la mayoría de los argentinos.
En lo que hace a las figuras de cabotaje, sin llegar a trascender como nuestro primer ejemplo, el rubro espectáculos es ocupado por una mujer que ha transitado todos los caminos de lo censurable, y su falta de principios es demostrada por ella misma y durante toda su vida, en cada gansada que dice y que, invariablemente, contradice sus mismos conceptos de otro momento.
Esta mujer, a pesar de su hija y la droga, sus sociedades con personajes vidriosos, ser de derecha y estar en el palco junto a la actual presidente y no poder salir del país; a nivel local es protagonista, referente para muchos argentinos y presentada, por todos los medios de comunicación, como “Auténtica”.
Si pensamos que es ejemplo a seguir y que auténtico quiere decir genuino, legítimo, verdadero, puro… es triste imaginarse una generación de auténticos argentinos similares a este personaje. Encontré esto en la Web, que es consecuente.
http://www.taringa.net/posts/videos/15447923/Conociendo-a-la-nefasta-Moria-Casan.html
Y falta la política, que aunque los personajes anteriores también han transitado por los negocios y la política, no podemos soslayar la figura de un político específico y encumbrado, prácticamente, en la cima de la gobernanza; aunque no lo podíamos integrar al trío de los referentes de la farándula porque no había pruebas irrebatibles. Ahora si; estas no son pruebas de ilícitos que puedan llevar a la cárcel o destruir totalmente a alguien, hasta no ser probadas, pero alcanzan para materializar en un hecho, o una persona, nuestro cometido, que es; materializando pequeñas acciones humanas y cotidianas, posibilitar deducciones trascendentes.
Estos dos pequeños hechos que, últimamente, han jalonado la vida de este personaje no necesitan acciones legales o documentación fehaciente, porque son hechos simples y comprobables por todos los ciudadanos de a pie.
El primero puede trasuntar su espíritu nómada y errante o su deseo de no ser encasillado en ningún tipo de identidad. Otra posibilidad es que su apellido sea de origen árabe y, una fuerte herencia de sus ancestros, ha hecho que decida vivir en medio de los médanos, a falta de dunas autóctonas. Pero es raro.
De cualquier manera, el ha seguido cumpliendo las obligaciones formales que su investidura le exige y ocupando lugares que no pueden verse vacíos, porque sería como mostrar un desgobierno sin gobierno.
Una de esas figuras a cumplimentar le exigió inaugurar, como poder máximo del país, un complejo deportivo que lleva el nombre de un destacado deportista. Desde ya que tuvo que cumplir con el clásico discurso inicial, en donde hizo gala de su espiritualidad y bonhomía haciendo referencia a la residencia del altísimo, en donde nuestro Señor convivía con el deportista y lo estaba mirando y lo hablaba desde el cielo. Está bueno, pero parece que el veterano estaba por ahí cerca y gozando de excelente salud. Parte de la tribuna se lo quiso decir a los gritos, pero los aplausos no lo dejaron escuchar.
Pensamos que nada ha hecho solo. Alguien superior lo puso en ese lugar y muchos, debajo de el, lo asesoran y aconsejan para que haga las cosas que le tocan.
El superior no podía saber ni donde vivía, y el, y los otros, no se enteraron que un prócer deportivo no era cadáver. Ya está la trilogía; este es el político.
En los negocios están todos incluidos y siguen la misma línea farandulesca de la farsa, el circo, el engaño y la simulación. Una pinturita.
Ambición y modelos de muchos argentinos.