5-Corrupción moral

Es cierto; nos ocurre, creo que a todos los seres pensantes, que cuando vemos, materializados en la palabra, pensamientos díscolos que no podíamos aprehender, nos invade una especie de sensación luminosa, como goce por haber comprendido algo más de ese mundo elegido del conocimiento superior, que nos gustaría alcanzar, y que es patrimonio de poca gente.
Generalmente estas sensaciones van acompañadas de nuevas ganas de abordar otras cosas que se nos descubren a partir de nuestro esclarecedor y que nos entusiasman con la idea de dimensionarlas y comunicarlas.
Esto es lo que nos pasó cuando leímos las palabras de Don Olegario González de Cardedal.
Corrupción nos trae a la mente la imagen de personajes en transas grosas y sucias, detrás de grandes escritorios y, generalmente, con gente poderosa y dinero que, aunque no lo vemos, imaginamos nuestro.
Dentro de la corrupción, esto sería afano, afanar. Dentro del afano entra la coima o cometa (Diego, si es el diez),los ñoquis, el apriete, dejalo pasar, no lo vi, no se nada, callate…, etc. Siempre por guita ajena.
Cuando la plata es propiedad del cometero -bien habida o no, es otra cosa-, ya no se sabe bien las características del afano, pero la corrupción es neta.
Tomamos como ejemplo el dinero, porque es una de las cosas que más seduce actualmente, pero la corrupción es mucho más generosa y abarcativa y es, en definitiva, lo que pudre, corrompe o modifica el estado natural de las cosas, lo que debe o como debe ser algo, sea material o espiritual. Y en este devenir natural de las cosas está el esfuerzo del hombre puesto en construir una vida digna y honorable, es decir el rumbo, el camino a seguir para sentirse limpio en el futuro y en los recuerdos. Y eso tiene que ver con la moral, y también con lo que nos hace renegar de nuestro país, aunque el pobre suelo no tenga nada que ver.
Y aquí aparece González de Cardedal, de visita por la Argentina. Sacerdote, Doctor en Teología, Catedrático de la Universidad de Salamanca y Munich, Académico Internacional en varias disciplinas… es decir, un tipo como para tener en cuenta.
Don Olegario relaciona la corrupción con la desmoralización (pérdida de la moral), producto de la técnica y de la complejidad de la vida moderna, que cada día realiza obras más monstruosas que mueven cada vez más dinero e involucran a mayor cantidad de personas. Es decir que cada día aumentan las tentaciones y es mayor el anonimato para ser cada vez más corrompible y menos visible moralmente ante la gente.
Por supuesto que, además de la oportunidad, hay que tener la calidad. Y, en ese aspecto, hace referencia a la valoración pública del rico, del poder físico, del poder financiero y del poder coactivo ante los demás, poniendo énfasis en que se otorga respeto al crecimiento fácil y no reciben reconocimiento quienes empeñan su vida en obras dignas y bien hechas, y esto, dice, es la primordial corrupción. Poniendo como ejemplo a países en donde la lotería, el fútbol y la televisión, son los tres exponentes de lo que se puede ser.
Y como en nuestro país si hay algo que no se discute es que estamos en el primer mundo de estas disciplinas, más la corrupción, surge la inevitable curiosidad por saber algo que nos ayude a conocernos.
¿Y nuestra Argentina? Dénos su definición, por favor.
“…Que un jugador de futbol sea el nombre máximo de un país como éste, me parece el exponente máximo de la corrupción. De la corrupción -que quede claro- en las valoraciones fundamentales que otorgan dignidad a los hombres. O que haya que tener poder para tener valoración pública. Un gran hombre tiene su dignidad con poder o sin él. Que hombres que han dedicado su vida a la ciencia y a la investigación, o en obras en beneficio del prójimo, no sean noticia ni reciban el reconocimiento que merecen; esas son las corrupciones reales de las cuales luego derivan las otras corrupciones”.
Conclusión: Hace falta revertir conceptos morales que, masivamente, no van a cambiar. Nosotros, y cada uno que lo sienta así, comencemos a cultivar y a transmitir valores, actualmente marginados por utópicos, para formar una fuerza nueva que sea protagonista de un país mejor.

Corruptos

Para no equivocarnos y dejarnos llevar por lo más publicitado, vamos a aclarar que corrupción no es solo afano. Lo que pasa es que esa corrupción, que provee dinero mal habido, es la corrupción de la que hacen uso los que tienen alguna clase de poder y, por ende, son más conocidos, más observados y más públicos; lo que trae aparejado aparecer en TV y pertenecer a una pequeña élite que es mirada por los millones de argentinos que están en el exterior de la pantalla y que no saben que pensar de lo que ven porque la mayoría de ellos también están corrompidos. Y no se enojen antes de tener una idea clara de lo que digo, porque sino ya van a empezar a corromper los pensamientos.
Vamos a empezar leyendo algunas definiciones de libro, en cuanto al significado de la palabra corrupción.
La corrupción es una forma de salir de lo original y puro de una cosa o idea, es un deterioro a la integridad, atributo o principios de moral.
Y para que quede más claro, sumamos: la corrupción es un vicio de las conductas debidas, es decir, que altera la esencia de aquel principio en los comportamientos esperados, es una degeneración de la moral y las costumbres.
Quiere decir que no se necesita robar para ser corrupto, solo hace falta apartarse de lo que corresponde. Esto quiere decir que puede haber corrupción en el lenguaje, en la educación, en el tránsito. Puede haber corrupción horaria (aunque también es robo del tiempo ajeno), y tantos tipos de corrupciones que va a ser más fácil conocer los antónimos, es decir, lo opuesto;
Antónimos: honradez, integridad.
Pero para evitar confusiones y proveer a la claridad, veamos los sinónimos de honradez e integridad.
De integridad: honradez, probidad, rectitud, moralidad, decencia, lealtad.
De honradez; honestidad, integridad, rectitud, sinceridad, decencia, lealtad, moralidad, desinterés, conciencia, honorabilidad, dignidad.
Y todos estos términos tienen un antónimo común. Lo contrario, lo opuesto de todos estos conceptos es; corrupción.
Si repasamos los significados de todos los valores, vamos a ver que todos ellos tienen que ver con uno de los conceptos; conciencia, ¿Y como define la RAE conciencia?
Conocimiento interior del bien y del mal.
Conocimiento reflexivo de las cosas.
Y, tal vez, no quede claro el papel de la conciencia en nuestros actos, vida cotidiana o manera de ver las cosas, de pensar o de tener una valoración de alguien o de algún suceso protagonizado por alguien.
Para tratar de discernir cual es nuestra calificación, a partir de nuestros pensamientos o de nuestra manera de obrar, debemos saber el peso de la conciencia en la balanza de nuestro espíritu y, a partir de allí, poder situarnos. Creo que ya podemos deducir lo que es una conciencia ecuánime.