9-EL CARAJO

Carajo es un palabrita repetida y escuchada en infinidad de charlas, discusiones, definiciones y peleas, pero gran parte de los usuarios no tienen idea de lo que significa o cual es el origen que generó su uso, y como la RAE ha dejado de cumplir la función de defender la pureza de la lengua, tampoco podemos encontrarlo en los diccionarios.
Por eso. Sobre el agua aporta a la cultura general.
Carajo, tiene que ver con la navegación; la antigua navegación de los naos, las carabelas y otros barcos a vela históricos (de paso, como ya se lo dijimos alguna vez, y redimiendo la historia, les contamos que las carabelas de Colón no eran tales. Solo una de ellas era una carabela genuina. Las otras dos eran naos). Por supuesto que, desde las carracas, galeras, naos, carabelas, galeones, corbetas o cualquier otro navío, los elementos impulsores eran los remos o el viento, por ende tenían velas y mástiles para portarlas.
De acuerdo al tipo de aparejo o arboladura, tenían dos o más mástiles, pero siempre había uno que era más alto. Allí en la galleta o el tope del palo, estaba asegurada una canastilla, o especie de barril, en donde era necesario instalar un hombre para otear el horizonte y ver, desde la altura, si se presentaban barcos enemigos, algún escollo o avistar tierra. Este marinero era el vigía. Piensen que en esos tiempos no había radares ni GPS y cartas náuticas, solo de zonas muy reducidas y cercanas.
Ese habitáculo, allí, en lo más alto del palo, a una altura de varias decenas de metros, se llamó, y se sigue llamando; carajo.
El CARAJO, por su ubicación en lo alto del mástil, magnifica cualquier pequeño movimiento o rolido de la nave, y ni pensar si hay mal tiempo, por lo tanto era considerado un lugar de «castigo». De allí que cuando quieren mandarte a un lugar no deseado, te mandan al carajo.
El castigado era enviado a cumplir horas y hasta días enteros en el CARAJO y cuando bajaba lo hacia tan mareado que no servía para nada; por eso pueden decirnos: No valés un carajo, o usada por uno mismo, cuando no se siente bien: Me siento para el carajo. Y si nada te importa: Me importa un carajo.
Y podemos hacer una larga de dichos vulgares a partir del conocimiento del carajo.
Cuando algo es agradable: «Esto esta mas bueno que el carajo». Y cuando alguien es fuera de serie: «Ese tipo es del carajo». También puede pasar que te esté yendo muy mal en algo: «Si esto sigue así nos vamos a ir al carajo». También va para un desaparecido:»¿Qué es de tu vida, donde carajo te habías metido?». O cuando alguien está apetecible; Está más buena, o bueno, que el carajo. O si viven en la axila del mundo: Está más lejos que el carajo.
Y, crease o no, la modernidad ha hecho que la RAE, que debiera ilustrarnos y enriquecer nuestros conocimientos, se ha dedicado a recopilar palabras populares, generalmente de países en desarrollo y muchas veces groseras. Y tanto es así, que en los diccionarios actuales encontraremos muchos de los dichos populares que escribimos, pero no el origen de su uso.