35-EL MUNDO NATURAL
Siempre nos ha llamado la atención las secuencias cíclicas de la naturaleza y su correspondiente generación o justificación.
Así, por ejemplo, hace mucho tiempo, un año se produjo una invasión de “Uriburus”, unos insectos parecidos a la vinchuca con su parte superior de cuadraditos negros y amarillos cuyo nombre científico no sabemos, pero su apodo popular tiene relación con algunos de los Uriburus de nuestra historia. Estos bichitos eran el terror de chicos y grandes a los que, con sus eyecciones líquidas, producían ampollas que, si se reventaban, el líquido que contenían iban produciendo otra en la piel. Algo muy desagradable que no se ha repetido porque los Uriburus también han desaparecido.
Así aparecen las maripositas de la luz medio mantecosas, llamadas efímeras porque viven sólo un día, que tapizan el pavimento y producen un halo de un olor particular debajo de cada artefacto de alumbrado público, los alguaciles que decoran los parabrisas de los autos, alguna variedad de pájaros, peces y distintos fenómenos naturales que aparecen y desaparecen por lapsos de tiempo más o menos prolongados sin que el común de los mortales sepamos por qué.
Lo mismo pasa con el río y sus distintos niveles y comportamientos, pero aquí, al ser un fenómeno que produce situaciones importantes y masivas se estudia y se informa sobre las causas que, presuntamente ocasionan la irregularidad.
Así sabemos que la tala de bosques hace que la corteza terrestre pierda permeabilidad, se escurra el agua y aumenten los afluentes; que las represas de países vecinos modifiquen las alturas lógicas del agua; que los cauces disminuyan su profundidad por la erosión y el depósito de limo y sedimentos, y otras etcéteras, productos de la desaprensión e irresponsabilidad del hombre.
Si bien creemos y respetamos los informes de los expertos y especialistas, la observación de los acontecimientos y la lectura de los hechos históricos nos plantea algunas dudas respecto a las posibilidades del hombre en cuanto a su preeminencia sobre la naturaleza.
Em la creciente del año 1905, en Santa Fe,, en la que el agua alcanzó la mayor altura que se haya registrado, no contaba con represas ni talas indiscriminadas, sin embargo la naturaleza hizo subir el agua hasta donde quiso.
Podemos plantearnos que hubiese pasado con ese caudal de agua en este momento, también si en esa época no había alguien que manipulaba el hidrómetro pero, lo cierto es que hay un mundo natural supremo, poderoso e inconmensurable ante el cual, todos los desatinos del hombre aparecen como juegos irresponsables de chicos irrespetuosos que pueden ser barridos de un manotazo cuando la naturaleza así lo dispone.