33-EL DESTAPE DE AÑOS ATRAS

Antes, había mujeres y hombres y, a veces, algún mariquita. Cuando aparecía una mujer poco femenina en sus modales y aspecto era “medio” marimacho. Nada más.
Hoy, con el inconmensurable aporte de los medios de comunicación, llegó la liberación global y la exteriorización de los gustos, placeres, intimidades y, a veces, vicios.
Entonces aparecieron, y se pueden ver, homosexuales, transexuales, bisexuales, travestis, gays, lesbianas, asexuales, y. probablemente, alguna otra tipología que desconocemos pero que pueden tener adeptos y practicarse.
Aquí, en el país, hay muchos y, los más populares pueden verse en los teatros de revistas, en los canales ad-hoc o recreados en alguna telenovela, no obstante ello hay medios que están trayendo imágenes, rebuscadamente más atractivas, del exterior.
Antes de seguir, que quede claro que nuestra visión está puesta un un mundo sin marginación ni discriminaciones y que somos defensores a ultranza de que cada uno haga de sí lo que quiera o tenga ganas.
También pensamos que el sexo es útil para procrear y para recrear de la manera que más le guste. Y aquí es donde se nos plantea la correspondencia de lo que vemos. Creemos que la única forma de no discriminar es encontrar el justo medio, la ecuanimidad, la justicia; y para que ésto funcione hay que tener una escala de valores.
Sin entrar en cuestiones metafísicas o problemas congénitos, hay cosas que son raras, singulares, algunas perversas y otras la negación del sentido común.
Hay gustos o placeres que son populares, sanos, divertidos y que hacen a un derecho general que puede ser compartido por todos.
Existen actos o placeres personales o íntimos, cualquiera sea la calificación, que puede ser practicado por quien tenga ganas, y que hacen a los derechos individuales de las personas.
Así hay lugares tranquis para bailar grupalmente practicando un acercamiento sexual, espacios para reuniones o comidas que promueven una relación de conocimiento o amistad, sitios para compartir imágenes recreativas o artísticas que producen goces espirituales, escenarios para disfrutar del deporte…
Seguramente sería una insensatez plantearse lugares para defecar en grupo a la vista del público o moteles con paredes de vidrio que permitan presenciar las escenas allí montadas, también orinar en el cole o en el subte, aunque vaya medio vacío.
Sostenemos y defendemos la libertad, pero creemos que hay una libertad común, que todos los seres democráticos debemos aceptar, y una libertad íntima e individual que puede ser ejercida, solamente, con la complacencia del prójimo.
Cuando, patrocinados por la libertad, producimos cosas incongruentes, estamos marginando a gente ecuánime, aunque sea con el control remoto u obligando a los padres a que controlen que sus hijos no pasen cerca de los televisores; y cuando los conductores defienden la libre expresión, y el rating es usado como fundamento, estamos marginando la posibilidad de enriquecer al prójimo y mejorar el futuro.