12-UTOPIA
Muchacha, trataré de darte una pequeña panorámica de mi vida para que sepas un poco más quien soy y con qué te vas a encontrar..
Yo era mellizo. Mi hermanito rubio, ojos claros y joya. Yo, negro rebelde y desobediente. Mi hermanito falleció a los 6 ó 7 años. Vino otro; Daniel, que falleció en un instante hace más de 10 años (creo que cerca de 15, pero soy un desastre para el tempo cronológico). Antes habían muerto mis padres. Tengo dos sobrinos de veintipico de años.
Era muy chico y fabriqué una incubadora, con la que sacaba pollitos y se los vendía a los mecánicos del Minist. de Salud Pública. Funcionaba frente a casa y mi padre era Director del Ministerio.
A los 14 años me hice mi primer velerito con un chinchorro y vela que me cosió mi madre. Tuve un caballo, corrí en motos, remé, jugué al basket y construí las conenejeras e instalé un criadero de conejos de angora (una de las sociedades que realicé en mi vida y me salieron mal). A los 18 años comencé a trabajar en un empleo público. Paralelamente hacia fotografías y comencé a tener resultados con ello y a adquirir cierto prestigio (con un trabajo me compré un auto). Comencé a estudiar cine en el Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral, me recibí, hice algo en cine y un documental que obtuvo algunos premios, poco tiempo después, me patoteó un auto de carrera mientras filmaba para mi productora (PRIMA – Productora Integral de Materiales Audiovisuales), que había formado y con la cual realicé varios programas en TV, cortos publicitarios, etc.
Puse la primera jugueteria educativa de la ciudad, tuve una agencia de Prode, un negocio de accesorios para chicos (Grumete), un estudio de decoración, una industria (Ferrotermica Industrial) –en sociedad con mi hermano-, construí la confitería de un Hospital, puse una pizzería y una clínica médica, tuve un tambo cabaña de Holando Argentino puro de pedigree, construí un estudio de T.V. y de diseño gráfico y medios audiovisuales y, tal vez, algunas otras cosas que se me pasan.
Hoy conservo el estudio de MAV, soy docente en una escuela humilde de Alto Verde, doy clases en la escuela de guardavidas de la Cruz Roja y cursos de náutica particulares, mientras trato de negociar algun barco y concretar un proyecto, para el que tengo todo lo necesario, de realizar un relevamiento integral del paisaje ribereño santafesino. Este proyecto fue avalado por el CERIDE, pero el dinero para hacerlo se lo gastaron los políticos y esto, también, es la causa por la que, por primera vez, no tengo un velero y estoy seco y loco(tuve 7 veleros).
Dentro de todas estas cosas, también tuve amores, relaciones más o menos importantes y, en el chat, amistades y contactos de todo tipo; muchos de ellos enriquecedores. Cabe aclarar que deben hacer más de 7 u 8 años que chateo.
La mayor parte de esta historia fue transitada solo; arriesgando todo lo material en cada barco o en cada proyecto, pero nunca jugándome ni dando cabida a nadie que pudiese compartir mi ámbito íntimo, espiritual y cotidiano. Es probable que sea cobarde y egoísta. También es probable que mi responsabilidad no me haya permitido embarcar a nadie en mi derrotero por creer que no podía ofrecer garantías suficientes. El caso es que mi navegación, hasta el día de hoy, ha sido en solitario.
En lo sentimental he sido un pirata, y no me siento orgulloso de ello. Te cuento que, desde muy joven, cuando veía pasar una pareja de enamorados me daba mucha envidia y deseaba poder vivirlo; pero nunca lo logré. A veces –tal vez para justificarme- pensaba que no había aparecido nadie que generara en mí la potencia necesaria para lograrlo. El caso es que mi vida, en el plano afectivo, ha transcurrido sin sentirme con ningún tipo de responsabilidad para con nadie.
Siempre he pensado que soy derecho en lo ético, pero inmoral en el plano afectivo (si es que se puede ser las dos cosas juntas).
Y llegaste vos con tu dulzura que me hizo desear una nueva vida de amar, trascender y compartir alegrías enriquecedoras.
Mi querida muchacha, te cuento todo esto para que sepas donde estás y comprendas todo lo que acarreo y voy a desembarcar para zarpar en un imaginado nuevo rumbo con vos.
Lo que para vos es tu familia y tu relación, que mejor no la recuerdo, para mi son todas estas cosas que han jalonado mi vida y, si no están conmigo, me harían sentir muy huérfano. Es por eso que trato de construir alguna otra lucesita para tener, si me apagas la tuya.
¿Qué pasa si potenciamos nuestro amor y sentimos que no podemos seguir separados?
Yo sí, abandono mi isla de muchos años de náufrago, con todas las vituallas que me hicieron sobrevivir, y me embarco en tu blanco velero para navegar juntos todos los mares de la vida.
De vos solo debo convencerme que te voy a ver y, seguramente, traerás alegría a unos días de mi vida.
Estás en mí.